Persecución

“Acordaos de la palabra que yo os he dicho: El siervo no es mayor que su señor. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra. Mas todo esto os harán por causa de mi nombre, porque no conocen al que me ha enviado.
(S. Juan 15:20-21)

Día tras día, la persecución de los cristianos en la India continúa empeorando, perseguidos simplemente por su fe en el Señor Jesucristo. Muchos se enfrentan a una violencia brutal, que incluye palizas e incluso asesinatos, mientras sus hogares son vandalizados y destruidos. Muchos de ellos expulsados ​​de sus aldeas, dejándolos sin hogar y totalmente vulnerables. Esta es una alarmante tendencia en India que debería mover nuestras conciencias a una urgente necesidad de orar y actuar en favor de nuestros hermanos y hermanas en Cristo que sufren bajo la persecución.

En este sentido, quisiéramos compartir con ustedes una carta enviada por el director de Macom Ministry en India que relata el testimonio de un hermano que asiste a una de nuestras iglesias casa en el estado de Punjab, que sufrió una brutal persecución. Dice así:

“Queridos hermanos, con el corazón roto y mucho dolor, quisiera compartir con ustedes la persecución de nuestro hermano “Juan” (nombre ficticio para resguardar su seguridad) que vive en el estado de Punjab. El hermano “Juan” proviene de un entorno Hindú. “Juan” escuchó el evangelio del pastor Abhishek y aceptó a Jesucristo como su Salvador y Señor personal! Era un seguidor muy devoto de Jesucristo. Solía ​​asistir regularmente a la iglesia y a las reuniones de oración y estaba creciendo en el Señor.

El hermano “Juan”, fue amenazado por la comunidad Sikh para que negara a Jesús y no practicara la oración y otras actividades cristianas. También le dijeron que no compartiera el evangelio con nadie allí. El 17 de octubre de 2024, una turba de la comunidad Sikh irrumpió en la casa de “Juan” y lo golpeó brutalmente hasta dejarlo inconsciente y con su pierna rota. Hay otras múltiples heridas en el cuerpo y la cabeza. También destrozaron su casa.

Cuando el pastor Abhishek nos contó lo que había sucedido allí, le dije al pastor Abhishek que lo llevara al hospital. Después de eso, fuimos inmediatamente a Punjab. Punjab está a 440 kilómetros de donde estamos. Tan pronto como llegamos allí, llevamos al hermano “Juan” a un lugar seguro en un vehículo. Actualmente está en tratamiento y hay muchos gastos asociados y ni siquiera tiene recursos para mantenerse a sí mismo y a su familia. Este es un momento muy triste para “Juan” y su familia. Ni siquiera pueden volver a casa porque la turba ha destruido su casa y están detrás de su vida. Ahora la familia se aloja en la casa del pastor Abhishek y el hermano “Juan” sigue ingresado en el hospital.

Escribo esto con dolor en el corazón. Por favor, oren por el hermano “Juan”. Que el Señor le conceda buen trato, una pronta recuperación y le proporcione toda la ayuda económica para su tratamiento y mantenimiento de las necesidades de su familia.”

Así termina la carta. Muy triste, pero es la terrible realidad que muchos de nuestros hermanos en la fe están enfrentando.

Como ONG cristiana en India, hemos recibido muchas amenazas y persecución directa a nuestros colaboradores, inclusive últimamente hasta amenazas por internet y correos electrónicos. Por favor no dejen de orar por la labor que realizamos desde la plantación de iglesias en los lugares más difíciles y remotos en India, hasta el rescate de niñas menores de edad del tráfico humano. No es menor, pero no nos amedrentamos, pues nuestra confianza está puesta no en nosotros ni en nuestros escasos recursos, sino en nuestro Señor Jesucristo, el autor y consumador de nuestra fe, y hacemos nuestra la oración de Pedro y Juan cuando fueron llevados ante el concilio.

 “Y ahora, Señor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra,  mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades y señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús.” (Hechos 4:29-30)

No dejen de orar y no duden en apoyar con sus donaciones en momentos que tenemos que hacer frente ante tanta necesidad.

Muchas gracias y que la gracia del Señor Jesucristo sea con todos ustedes.
Tomás y Simón / 

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